Hoy nos movemos en infinidad de contextos de valores. Caminamos por un trapecio donde los «valores» amortiguan posibles caídas y en este caso van entrecomillados por ser utilizados bajo el paraguas del «todo vale» y por la escasa o nula aplicación en la realidad…
Primer día en el colectivo deportivo, un sueño hecho realidad, al fin dentro de una organización con estos valores…
Primer año en el colectivo, inundad@ de toda la información del mundo para integrar los valores a los que se aluden regularmente y que tanto alimentan el ego comparando con otras posibilidades…
Quinto año en la misma organización, con muchísima más información en tu mano para poder ser fiel a esos valores que a modo tsunami llegan por distintos canales de información prácticamente cada día.
Otro año más en este colectivo, con la misma estrategia que recuerde para hacer llegar a las personas «sus valores»…
Muchos colectivos se suben al tren de los valores, pero la gran mayoría simplemente como herramienta de marketing.
Tanto interna como externamente invierten en menor o mayor medida en hacer creer que los respetan, su imagen está incluso por encima de una auténtica cultura de valores.
Los valores de verdad, que no los «marketinianos», pertenecen a cada persona, y son estas las que de una manera conjunta pueden transformar a los colectivos, y no al revés, donde muchas personas están actuando diariamente bajo un disfraz de valor impuesto, que no les pertenece y con el que para nada se sienten identificad@s.
Si un colectivo decide apostar por una cultura real de valores, ha de abrirse a que sea creada por una labor conjunta de las personas que la integran, dotando de los medios posibles a su alcance para acompañarla, cuidarla y potenciarla.
Igualmente ha de ser transitada con una visión de propósito a largo plazo y abierta, que pueda implantarse de una manera gradual, adaptándola y transformándola cuando la situación lo requiera, a favor de los resultados cortoplacistas exigidos por la estrategia del colectivo.
Los valores son nuestros (nada ni nadie puede secuestrarlos), si actuamos sobre ellos nos aportan capacidad de decisión, de reflejar quienes realmente somos, luchemos por compartirlos con respeto, si conseguimos relacionarnos con los demás desde ahí, de manera no forzada, transparente, es una manera maravillosa de crecer en cualquier ámbito.
¿Sabes identificar cuáles son tus valores? ¿Conoces todo lo que te pueden aportar? ¿Eres capaz de definir tu escala de valores y cómo aplicarla en la vida?